La reacción de estrés es un mecanismo de defensa natural de nuestro organismo ante una situación de riesgo o amenaza.
Los síntomas más habituales del estrés en la piel son:
- Acné.
- Distintos tipos de dermatitis u otras enfermedades como la psoriasis.
- La hormona del estrés acelera la descomposición del colágeno y la elastina. Esto favorece la aparición prematura de envejecimiento cutáneo en forma de arrugas y pérdida de firmeza.
La falta de sueño provocado por el estrés, desencadena una piel apagada, además de inflamación en el contorno de los ojos, bolsas y ojeras que envejecen nuestra mirada.
PAUTAS PARA ALIVIAR EL ESTRÉS EN LA PIEL
- Mantener el equilibrio del pH de nuestra piel manteniéndola limpia para evitar que se agraven estos problemas. Limpiarla tanto por la mañana como por la noche.
- Exfoliar la piel una vez a la semana para desprendernos de las células muertas, pues su acumulación impide que se renueve y que nuestra piel respire libremente.
- La hidratación es clave, tanto desde el interior mediante la ingesta adecuada de líquidos como con la aplicación de cosméticos hidratantes que mantengan el equilibrio de hidratación necesario para la salud de nuestra piel.