- Hay que potenciar su empatía y autoestima para que no inicien el acoso o en caso de sufrirlo sepan gestionarlo.
- Hablar de forma cotidiana con ellos de las redes sociales que utilizan y quiénes son sus amistades online.
- El ciberacoso puede producirse a cualquier hora y no importa el lugar en el que se encuentren víctima y agresor.
El acceso a internet, a través de los móviles, las tablets y los ordenadores y, sobre todo, de las redes sociales, deja expuestos a todo tipo de peligros reales.
Dentro de los más graves, está el ciberacoso o ciberbullying, un tipo de acoso que se produce entre menores y en el que se utilizan los medios digitales para hacer daño a la víctima, conscientemente y de forma repetida en el tiempo.
¿Cómo prevenir el ciberacoso?
La prevención es una herramienta fundamental para padres y educadores. Gracias a ella pueden minimizarse los factores que lo favorecen (tanto en víctimas, acosadores y testigos), se facilitan instrumentos para gestionar los conflictos antes de que deriven en situaciones más graves y se proporcionan mecanismos para pedir ayuda.
La importancia de la comunicación
Hablar diariamente con los menores, para estar al día de las aplicaciones, redes sociales y juegos que utilizan, quiénes son sus amistades online y qué hacen en la red. Cuando sea necesario, supervisar su actividad con las herramientas de control parental y comentarlo.
Ser un ejemplo para ellos
Cuidar una relación de confianza con ellos para que en caso de problemas acudan a nosotros (u otro adulto de confianza) sin miedo a reacciones exageradas.
Educación en sensibilidad
Potenciar sus habilidades sociales (autoestima, empatía, autocontrol, resolución de conflictos, asertividad, espíritu crítico…) de modo que no lleguen a iniciar el acoso, o en caso de sufrirlo sepan gestionarlo y responder adecuadamente.
Enseñarles el valor de la información
Enseñarles a distinguir qué información es creíble, cuál no, y, cuando son emisores de información qué información es publicable y cuál no, de los riesgos de la información que se comparte e, incluso, de la seguridad física y digital.
Cuidar la privacidad
Emplear cuentas privadas en redes sociales, limitar el número de contactos y ayudarles a configurar sus opciones de privacidad a fin de reducir la información expuesta en Internet (mensajes, fotos…), que un acosador podría utilizar para atacarles.
Limitar los horarios de uso
Para evitar cualquier tipo de dependencia a las redes sociales. Colocar horario para el uso de las redes sociales.
No responder a la provocación desde las redes sociales
Ayudarles a gestionar los conflictos antes de que puedan llegar a un ciberacoso. Mantener la calma y no agrandarlos con reacciones exageradas (por ejemplo respondiendo con insultos), ni con una actitud pasiva.
Observar sus conductas
Estar atentos a cambios repentinos en los menores como brotes de agresividad, o pasividad, reacciones exageradas ante una broma, cambios en las amistades, aprensión o indiferencia en el uso de Internet… “Aunque los cambios forman parte de la adolescencia, también nos pueden dar pistas sobre posibles problemas”.