¿Sabías que los camaleones cambian de color según su entorno y estado emocional?
La rabia es una emoción natural, pero es crucial aprender a gestionarla desde pequeños. Reconocer y manejar esta emoción ayuda a los niños a desarrollar habilidades de autocontrol, mejorar sus relaciones y enfrentar desafíos de manera positiva.
Paso 1: Reconoce el color de tu rabia.
Al igual que un camaleón cambia de color según su entorno, primero debemos identificar el “color” de nuestra rabia ¿Es un rojo brillante de enfado fuerte o una naranja suave de molestia?
Pídele al niño/a que cierre los ojos y se imagine como un camaleón. Pregunta qué color está viendo cuando sienta la rabia y que describa como se siente en su cuerpo (por ejemplo, calor en la cara, manos tensas).
Paso 2: Encuentra un lugar seguro
Un camaleón busca un lugar seguro para cambiar de color sin sentirse amenazado.
Ejercicio: Ayuda al niño/a a encontrar un “lugar seguro” donde pueda ir cuando se sienta enojado, como una habitación, un rincón especial en la casa, o incluso un rincón tranquilo en el patio. Este es un espacio donde puede estar solo y comenzar a calmarse.
Paso 3: Cambia de color con la respiración
El camaleón cambia de color lentamente y con cuidado. Similarmente, la respiración profunda puede ayudar a cambiar el “color” de la rabia a un tono más calmado.
Ejercicio: Enseña al niño/a a hacer respiración profunda y lentas: inhale por la nariz contando hasta cuatro, y exhale lentamente por a boca contando hasta cuatro. Repite esto varias veces hasta que el niño se sienta más calmado.
Paso 4: Usa tu camuflaje para reflexionar
Un camaleón usa su camuflaje para observar su entorno sin ser visto. Del mismo modo, el niño puede usar un momento de calma para reflexionar sobre lo que causó su rabia.
Ejercicio: Pide al niño/a que dibuje o escriba sobre lo que le hizo enojar. Luego, discutan juntos maneras de enfrentar esa situación de una manera diferente la próxima vez.
Paso 5: Cambia de ambiente y de color
Después de cambiar su color, el camaleón se mueve a un nuevo entorno. Después de calmarse, el niño debe cambiar su actividad para terminar de dejar atrás la rabia.
Ejercicio: Sugiere al niño/a que haga algo que disfrute, como jugar, leer un libro favorito, o pasar tiempo con una mascota. Esto ayudará a cambiar su estado emocional completamente y terminará de disipar cualquier resto de rabia.