Actividades cotidianas: fomenta su independencia.
Pídele que colabore en actividades domesticas que aún pueda realizar por el solo o con ayuda.
Escuchar música: evoca recuerdos y sentimientos.
Servirá como ejercicio intentar recordar la letra de la canción y será beneficioso para su expresión corporal.
Realizar ejercicio: mejora el estado de ánimo y su estimulación.
Desde pasear hasta barrer las hojas de la casa puede aportar beneficios saludables.
Socializar los niños y jóvenes: beneficios mentales.
Conseguir contarles o enseñarles cosas a los más pequeños los hará sentir útiles y será un buen ejercicio de memoria.
Lectura: estimulación e imaginación.
La actividad de leer y visualizar diferentes imágenes o dibujos estimulará su mente y su imaginación.