El insomnio es uno de los síntomas más frecuentes dentro de los síndromes mentales.
¿Cómo funciona el sueño normalmente?
El sueño es un proceso fisiológico, fundamental y necesario para la supervivencia y el bienestar.
Nuestro cuerpo (y nuestro cerebro, que es parte de él) ha aprendido que determinadas condiciones son adecuadas para dormir y se ha acostumbrado a inducir el sueño cuando se encuentra en ellas.
¿De qué depende que “nos dé sueño”?
Básicamente hay dos sistemas que regulan el momento en que nuestro cerebro decide dormir:
- Ciclo circadiano: depende de la luz que recibe nuestro ojo y de una sustancia que seguro conocen por su intensa comercialización: la melatonina.
- La adenosina: es una sustancia que va aumentando a lo largo de la vigilia y disminuye cuando dormimos. Si dormimos poco, la adenosina disminuye poco, y por eso tendemos a sentir sueño al día siguiente.
Conocer esto es importante, porque en ocasiones intentamos suplir lo que no pudimos dormir en la noche durante el día siguiente, alterando por un lado el ciclo circadiano, y por el otro disminuyendo la cantidad de adenosina, de manera que cuando lleguemos a la siguiente noche aumentamos la posibilidad de que el insomnio se perpetúe.