
La hidratación en invierno es igual de importante que en verano, aunque muchas personas tienden a descuidarla durante los meses fríos.
- Disminuye la sensación de sed
- El frío puede suprimir la sensación de sed, lo que hace que muchas personas no beban suficiente agua. Pero la necesidad de líquidos no desaparece.
- Apoya el sistema inmunológico
- Mantenerse bien hidratado ayuda a que las mucosas (como las de la nariz y garganta) estén húmedas y puedan atrapar mejor los virus y bacterias, actuando como una primera línea de defensa contra enfermedades respiratorias.
- Mejora la salud de la piel
- El clima frío y seco puede causar sequedad, picazón y descamación. Una hidratación adecuada desde dentro (además del uso de cremas hidratantes) ayuda a mantener la piel saludable.
- Favorece la digestión y el metabolismo
- El consumo adecuado de agua facilita la digestión, previene el estreñimiento y ayuda a mantener el metabolismo activo, algo útil si el nivel de actividad física disminuye en invierno.