
Cuando despiertas, tu cuerpo ya produce un pico natural de cortisol. Es lo que te activa y te pone en marcha.
Si le sumas café a ese pico, puedes generar una subida que después te va a dejar más cansado o ansioso. Especialmente si tienes ansiedad, insomnio o fatiga. El café apenas te levantas puede jugarte en contra.
La cafeína actúa como un estimulante del sistema nervioso central, lo que significa que puede aumentar temporalmente la alerta mental y reducir la sensación de fatiga. Esto se debe a que la cafeína bloquea los receptores de adenosina en el cerebro, que son responsables de promover la relajación y la somnolencia.
Lo ideal :
Esperar 60 a 90 minutos después de despertar para tomar café.
Ahí el cortisol empieza a bajar, y el café no genera tanto impacto.
Tomarlo con comida o después de desayunar sería lo ideal. Y no con el estómago vacío.