Los síntomas que nos pueden indicar que padecemos un déficit de esta vitamina esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo:
- Fatiga física y mental
- Cansancio y pérdida de vitalidad.
- Un estado de ánimo más deprimido.
- Debilidad muscular.
- Insomnio.
- Antojo de comer dulces.
- Dolores musculares y articulares.
- Aparición de problemas bucodentales como caries y gingivitis.
La vitamina D es en realidad una provitamina que interviene en multitud de procesos en el organismo humano. De entre ellos, el que más destaca es el papel que desarrolla en el sistema del fósforo y del calcio, íntimamente ligados al desarrollo y mantenimiento de los huesos. Ella favorece y garantiza la absorción de calcio desde el tubo digestivo y, más tarde, su correcto depósito en el hueso.