A primera vista, Melinka podría ser un pueblito de la costa de Alaska. Pero, al desembarcar en esta isla de las Güaitecas, el aire que se respira es propio de la calidez del sur de Chile.
Además, Melinka tiene la suerte de ser uno de los pocos lugares del país donde aún se pueden ver ballenas azules (con algo de suerte, claro).