Los períodos de adaptación cuando se realiza un cambio radical de rutina, como el regreso al trabajo o a clases, después de vacaciones, se extiende por 1 a 2 semanas, hasta que nuestro cuerpo logre regular su reloj biológico y retomar sus hábitos regulares.
Este cambio nos puede ocasionar:
- Sensación de intranquilidad, “nerviosismo”.
- Actitud expectante.
- Puede tener un aumento o disminución en su ingesta de comida.
- Puede aumentar el consumo de tabaco.
- Onicofagia (manía de comer o morderse las uñas con los dientes, provocando daños en los dedos, dientes y las uñas mismas ).
- Cefalea o dolor de cabeza.
- Insomnio o hipersomnia.
- Tensión muscular.
- Bruxismo.
- Malestares gastrointestinales.
- Mareos.
- Estrés.
¿Cómo se puede evitar?
Es importante entender que es normal y limitado en el tiempo Te recomendamos, antes de entrar a trabajar o a clases, realizar los siguientes pasos:- Una semana antes por lo menos, readaptar las horas de sueño al horario que se tendrá durante el año.
- Se aconseja ir paulatinamente, especialmente con los niños que son los que más drásticamente suelen modificar sus horarios en vacaciones, retrocediendo de 15 minutos el horario de acostarse y levantarse.
- Junto con ello volver a tener hábitos de alimentación, sobre todo si se descuidó o desordenó en vacaciones.
- No te exijas el 100% porque no lo puedes dar. Si te pones más objetivos de los que vas a ser capaz de asumir, te estresarás.
- Haz deporte. Ayudará a que te sientas bien y segregarás esas endorfinas que tanto necesitas para combatir la apatía.
- Fíjate en lo bueno. Agradece lo que tienes. Antes de irte a dormir agradece tres cosas de tu vida, hazlo desde el corazón y cada noche agradece tres cosas diferentes. Te sentirás afortunado por lo que ya tienes y centrará tu mente en lo positivo.